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Necrológicas
 
  
JOSÉ MARÍA GARCÍA-BELENGUER VALDÉS

          Después de más de 40 años trabajando juntos en una parcela relacionada con el Derecho y con la administración de Justicia, me encuentro ahora con el compromiso de redactar unas notas necrológicas sobre tu persona, para el Boletín o Revista de nuestro Colegio de Abogados. Prefiero hacerlo escribiendo esta carta entre amigos, en la seguridad de que podrás leerla en algún lugar de esos en los que tenías plena confianza de llegar algún día.

          Te fuiste igual que cuando estabas entre nosotros. Sin avisar, sin hacer ruido, dejando las cosas y tu espíritu en orden, para que siguieran su curso sin problemas, sin más contratiempo que, a tu esposa, a tus hijos, y a tu numerosa familia y amigos, nos dejaste un gran desconsuelo entre sollozos.

          Tu relación con el mundo del Derecho y con la Abogacía te venía de muy lejos. Tu abuelo, D. José María García Mostolac, estuvo inscrito como Abogado en ejercicio en este Colegio tuyo y mío; tu padre (a quien conocí de cerca) D. José María García Belenguer, lo estuvo también, excelente Abogado y mejor persona, con sobrados títulos en su haber: Juez de Primera Instancia e Instrucción excedente, Ex-Alcalde de la Ciudad de Zaragoza y Ex-Presidente de la D.P.Z., Ex-Presidente de la Institución de Beneficencia «La Caridad» y del Consejo de Administración de Ibercaja, amen de otros títulos y honores.

          Esta semilla jurídica fructificó en tu persona y fuiste alta como Letrado en ejercicio en el año 1953, no sin antes, y por oposición, haber entrado en el Cuerpo de Técnico de Letrados de la Administración del Estado, con destino en Huesca y Zaragoza, ejerciendo tu profesión libre de Abogado, que mantuviste hasta el momento de tu muerte, con despacho abierto al público y con presencia física en el mismo, estando a falta de un año para obtener el título de Colegiado de Honor, por los 50 años de ejercicio ininterrumpido de la profesión. La semilla jurídica de que antes te hablaba, ha dado lugar a que hoy día, tengas a tres hijos inscritos como Abogados en ejercicio en el Colegio de Zaragoza, y a una de tus hijas políticas, en el de Procuradores de la misma Ciudad.

          No puedo terminar esta carta sin referirme a tu otra gran ilusión, devoción y amor de tu vida, y que de alguna forma también esta relacionada con la Justicia y la vida del derecho. Me refiero a la M.I.A. y Real Hermandad de la Sangre de Cristo de Zaragoza, de la que al momento de tu fallecimiento, eras Hermano Mayor Presidente por elección directa de los H.H. Receptores, y habiendo sustituido a tu padre que también lo había sido.

          Y digo que dicha Real Hermandad está relacionada con el Derecho, no sólo por ser los custodios oficiales de los restos del Justicia Mayor de Aragón, D. Juan de Lanuza, ajusticiado y decapitado por orden del Rey Felipe II, por haberse opuesto a una orden Real y defender los derechos y libertades de los aragoneses, de los que era valedor, sino también, porque esta Real Hermandad que tiene antecedentes desde el año 1207, y muy numerosos desde principios del siglo XV, tiene, entre otras misiones y por delegación de los Jueces y Magistrados, el proceder al levantamiento de los cadáveres que aparecen en las vías o lugares públicos.

          Semejante tarea la tiene delegada en forma permanente a favor de la Hermandad que presidías hasta el día de tu muerte, y yo recuerdo las numerosas veces que estando tu de guardia como Hermano receptor, me decías: «Tengo que salir un momento, que avisan del Juzgado de Guardia que ha aparecido un cadáver en las vías del tren, cerca de la Cartuja», o bien «enseguida vuelvo, que nos avisan de que una vecina se ha tirado por la ventana del 5° piso de su casa, y tenemos que recoger el cadáver. ¿Me quieres acompañar? La contestación era siempre la misma: Yo no sirvo para eso, ni soy tan buena persona como tú».

          Con estos antecedentes y con esta forma de ser, estoy seguro de que estarás descansando en PAZ. Adiós José María.
 
 

Francisco Iranzo
 


 
JOSÉ DE CALASANZ LORENTE SANZ

          El día 26 de agosto de 1902 nació en Zaragoza el Excmo. Sr. D. José de Calasanz Lorente Sanz. Era Abogado del Estado y Miembro de Honor de este Colegio, en 1946 participó en la organización del II Congreso Nacional de Derecho Civil, que hizo renacer los Derechos Forales de toda España, personalmente realizó el ímprobo esfuerzo de asistir poco después a todas las sesiones de la Comisión de Codificación en Madrid, a cuyo efecto hacía viajes de ida y vuelta en el día, a su costa, para no desatender su trabajo, profesional y oficial.  Distinguido compañero; era versadísimo en Derecho Foral, uno de los más ilustres juristas aragoneses del siglo XX; con D. Juan Moneva; D. José Castán; D. José Joaquín Sancho Dronda; D. José María Sánchez-Ventura Pascual, éste último fedatario de la restauración Monárquica.

          Su dedicación profesional forjó, desde la Universidad, estrecha amistad con su compañero D. Ramón Serrano, y siendo éste Jefe del Gobierno, esta amistad lo lleva, contra su voluntad, a ser alto cargo político del Estado, resaltando la importante intervención que tuvo en los difíciles años 1938-1939, aceptando hacer las funciones de Subsecretario del Interior, bajo expresa condición de negarse a ser nombrado Ministro, so pretexto de no querer ascender en el escalafón por Ley, por respeto a sus compañeros.

          Fue fundador del Consejo de Estudios de Derecho Aragonés, del que fue Director de Estudios, adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, tutelando entre 1940 y 1950 a los entonces meritorios: D. José Enrique Rivas Pérez, D. José Luis Lacruz Berdejo, D. Víctor Fairén y Gallán, D. Francisco Sánchez-Ventura Pascual. De los 33 socios fundadores, es D. Felipe Aragüés Pérez quien sigue acompañándonos, para gran alegría de todos.

          (De ellos el propio Moneva -Memorias 1940, pág. 480- dice. "Un selecto grupo de compañeros, Licenciados en Derecho, aragoneses casi todos, creaban el Consejo de Estudios de Derecho aragonés y me nombraban su presidente... en vez de haberme elegido ellos a mí, los he elegido yo").

          En su función didáctica D. José continúa la Jurisprudencia Aragonesa inédita posterior a Ripollés, titulando las recopilaciones que hizo D.  Ramón Saínz de Varanda y Jiménez y juntos  por otra recopilación efectuada por D. José Joaquín Sancho Dronda y D. José Valenzuela Larosa hasta empalmar con Foro Aragonés, (1950-64) que también por su indicación publiqué en 17 tomos, hasta que este Colegio de Abogados se hizo cargo con gran éxito de dicha publicación, continuándola en la actualidad y redimiéndome del encargo que ambos consideramos cumplido por mí.

          Señalo  que D. José de Calasanz subvencionó Foro Aragonés, en dos anualidades, las pérdidas con sus propias dietas. 

          Muchos años fue Presidente de la Sociedad Mariana de Caballeros del Pilar, hasta que el destino lo unió a la muy querida por todos sus compañeros, amistades y familia Dª Dina Vicente,  Presidenta de las  Damas, que falleció anteriormente y que sin duda lo estará esperando junto a un Pilar de nubes.

          Por sus virtudes y calidad moral que se desprenden de todos sus actos, merece tener un descanso eterno, reconfortado al conocer los trabajos de otros seguidores suyos que le llenen de satisfacción. Descanse en Paz.
 
 

Jesús Bergua Camón